JOSÉ LUIS PADULA

Domingo, 28 de Marzo de 2010 14:57 Pablo
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  JOSÉ LUIS PADULA

MUCHO MÁS QUE EL TANGO 9 DE JULIO

 Por MARIO VALDÉZ Y PABLO TABOADA

 

JOSÉ LUIS PADULA  

Tucumán, 30 de octubre de 1893; Buenos Aires, 12 de junio de 1945. 

Guitarrista, armoniquista, pianista, bandoneonista, director y compositor, fue coautor del rosarino Arturo Juan Rodríguez y otros autores provincianos olvidados por la llamada “Gran Historia”, aunque no sabemos si “Historia Grande”.  

José Luis Padula nació en Tucumán el 30 de Octubre de 1893 y desde su adolescencia gustó incursionar por los ambientes de extramuros, en los cuales aprendió a tocar de “oído” el piano y el bandoneón. Llegó un día a Buenos Aires, meta de su consagración, pero su inquietud le llevaba a realizar continuamente extensas giras.  

Allá por el año 1908, según sus propios recuerdos, Padula dio forma a un tango que tituló “9 de Julio” y dos años después otro: “Lunes 13”. Estas dos primeras obras consagraron a Padula como un auténtico e inspirado compositor. Durante la década de 1910, siguió cosechando composiciones destacadas, como por ejemplo el tango “El parnaso”, editado en 1912 por Ortelli Hermanos: “A los distinguidos señores”  Ramón Achotegui, Luis Arrazola, Teniente 1º Héctor Calderón, Miguel Capucci. Teniente Natalio Faverio, Carlos González Delgado, Vicente Jorba (h), Artemio F. Masolino, Subteniente Rodolfo Mujica, J. Requena Gallo, Avelino Sodupe,  Dr. J. Torres Altamira, Subteniente A. C. Valette y Martín Viale. 

Desde fines de los años diez y hasta los primeros años del veinte, Ortelli imprimió seguidamente otros tangos de Padula que fueron verdaderos aciertos como: “El taita caballerito”, “Dulce tango”, “¿Qué querés con tu elegancia?”, “De mis pagos”, -dedicado a su amigo Rafael Rossi- y el popularísimo “Tucumán”, en homenaje a su tierra natal, y que por obra de Juan D’Arienzo perdurara en el reportorio de las grandes orquestas. En 1924, dio a conocer su bello tango “Memorias”, que editara Pirovano  y que grabara poco después Osvaldo Fresedo en Odeón.

En el año 1928, Padula se radicó definitivamente en Buenos Aires, componiendo entre varias obras de nota, las zambas “La Llorona” (grabada brillantemente por su orquesta norteña en 1930, para discos Colombia), “La Gaucha”, “La quebrada de Lules”, “Corazones amantes”; las rancheras “La mentirosa”, “La Buenamoza” y el vals “Me duele el alma”.

Otro de sus tangos famosos fueron: “25 de mayo”, cuya letra escrita por Enrique Cadícamo, fue cantada por Teófilo Ibañez con la orquesta de Firpo -(como me acota el coleccionista C. Lanner de Austria, no debe confundirse esta obra ni con el tango de Arolas ni con la ranchera que grabó Charlo)-,  y sin duda alguna, el tango “Lunes” (Lunes 13), que lleva letra del genial poeta Francisco García Jiménez. Este tango fue dedicado por Padula al maestro Francisco Canaro –quien lo grabó en 1927-, y a Minotto Di Cicco, con esta frase: “Al creador del Tango-Milonga Francisco Canaro, y al sin rival ejecutante del bandoneón Minotto Di Cicco, dedico afectuosamente”. Dicha versión fue registrada por el cantor y guitarrista Mario Pardo y en la década del cuarenta fue potenciada por el conocido disco de la orquesta del Alfredo De Angelis con la voz de Carlitos Dante.  “Bicho feo” (no confundir con un homónimo de Enrique Maciel grabado por Corsini), fue ejecutado con valía por la orquesta de Anselmo Aieta, que también le llevó al disco el tango “Pasó a la historia”.  

Por sugerencia de Agustín Magaldi, que deseaba cantar “9 de Julio”, Padula accedió a modificar la primera parte de su obra, agregándole una melodía cantable y requiriendo a su colaborador Lito Bayardo, los versos que tornaron óptima a la obra para ser cantada. Finalmente Magaldi la grabó en discos Brunswick, con singular éxito. Según Bayardo, este tango fue cantado en su casa de Rosario, a dúo por Agustín Magaldi y Carlos Gardel en una reunión privada.  

En 1930, su orquesta norteña inició su labor discográfica en el sello Columbia, registrando numerosas placas de chacareras, zambas, rancheras y valses, que por suerte conservamos.  Su ranchera “La Mentirosa”, fue un notable éxito de su orquesta y de la estilista Virginia Vera, quien también formaba parte del elenco estable de artistas de la casa Columbia.   

En 1932 participó en el espectáculo evocativo llamado “El tango porteño”, integrando la “Orquesta de la Guardia Vieja” Ponzio-Bazán que completaban: el guitarrista y violinista Eusebio Aspiazu, “el Cieguito”  (1865-1945); el contrabajista, violinista y actor teatral Eduardo E. Arbol Erezcano (¿?; 1953); el pianista, bailarín, director y compositor uruguayo (1878-1941) Enrique Saborido, el violinista Ernesto Juan Muñecas, erróneamente consignado como Enrique (¿?; ¿?), el violinista y codirector Ernesto Ponzio, “el Pibe Ernesto” (1885-1934); el clarinetista, saxofonista y codirector Juan Carlos Bazán (1887-1936); el violinista Alcides Palavecino (¿?-1963), José Luis Padula en guitarra, el flautista Vicente Pecci (“el Tano Vicente”) (1886-1945) y el guitarrista Domingo Pizarro (¿?; ¿?), todos ellos ejecutantes destacados del tango.   

En 1933, colaboró con su amigo Carlos Gardel, participando en la revista de Ivo Pelay “De Gabino a Gardel”, en el Teatro Nacional de la calle Corrientes, haciendo el papel de Villoldo. En un acto de la pieza, Padula ejecutaba la guitarra y la armónica, al igual que el genial compositor de “El choclo”.   

Hacia 1935,  pasó a grabar discos en la casa Odeón, contando como vocalista nada menos que a Ángel Vargas. El gran cantante grabó entre otros temas, el tango “Brindemos compañeros” de Padula y Cadícamo, y la ranchera “Ñata linda”, composición también creada por el binomio Padula-Bayardo. De aquella tanda de  versiones de la orquesta que afortunadamente poseemos, también merece destacarse la milonga “Picante”, otra de las grandes melodías de Padula que fue grabada exitosamente por su inspirador y posteriormente por el maestro Rodolfo Biagi. Debe señalarse, que tanto en las versiones de discos Columbia u Odeón, ora sea con el trío o con la orquesta, Padula participaba desde el bandoneón o desde el piano en cada una de las grabaciones.  

Dentro de su distinguida obra autoral podemos anunciar, el vals “Jardín florido” con letra del autor rosarino Lito Bayardo, gran amigo de Padula que también escribiera los versos de “9 de julio” y “La mentirosa”. A propósito del vals precitado, que cuenta con la famosa grabación del conjunto folklórico cordobés “Los del Suquía”,  podemos recordar la siguiente dedicatoria de su creador: “A la prestigiosa poetisa Sra. Evangelina Mercado Vera y a su esposo Elías Mercado Vera, con la mayor estimación. El Autor” (J. L. P.). “Grabado en discos Odeón por la Orquesta J. L. Padula”. La obra había sido editada en papel por la Editorial Perroti, en el mes de noviembre de 1934.  

Hacia 1938, volvió a componer con la colaboración autoral de Enrique Cadícamo. Fue así que surgió el tango “Gemido”, que publicara en Buenos Aires, Américo Argentino Vivona.   

En 1941, dedicó el tango “Bardi”, al gran compositor con esta leyenda: “A la memoria de mi viejo amigo y gran compositor Agustín Bardi”. Edición Ricordi. En el mismo año, susodicha editorial publicó otro tango de Padula, intitulado “El guaraní”. Y también compuso el tango “Violetas”, con letra de Héctor Marcó. Publicado por Buccheri el 10 de junio de 1941. “Al excelentísimo Dr. Elkin, caballero y amigo, a quien todos los artistas confían el destino de su garganta por la maestría de su sabia mano”.- Los autores. Debemos recordar, que el prolífico letrista Héctor Marcó, era desde los años treinta un reputado cantor radial, y que tuvo problemas en sus cuerdas vocales y fue tratado por el eminente cirujano. Con el paso del tiempo, el problema fónico de Marcó fue insalvable y debió retirarse del canto, aunque no del ambiente musical, ya que fue sin duda alguna, uno de los más talentosos letristas del género.  

Otras de las obras de este genial compositor han sido la ranchera “Con los colores del cielo”, los valses “Mi vida”, “Noche de estrella” (con letra de Cadícamo), “Me duele el alma”, letra de Bayardo grabado por Virginia Vera; la zamba “Ladrona de corazones” (de 1937) y muchos más.    

La editorial Perroti anunciaba en 1973 este homenaje: “En la historia del tango José Luis Padula ocupa justicieramente uno de los primeros capítulos. Por los caminos de la Patria, fue el juglar trashumante, sembrador de motivos populares, que brotaron de la sensibilidad de su alma criolla, para interpretarlos en su armónica o su guitarra, primeros instrumentos con los que aprendió a arrancar melodías, ya de tierra adentro, ya de temas ciudadanos. El día 12 de junio de 1945, a los 51 años, cuando aún mucho podía esperarse de su inspiración, José Luis Padula falleció en nuestra Capital".

Actualizado ( Jueves, 08 de Diciembre de 2011 15:52 )