FRANCISCO FIORENTINO
BREVE REPASO DE SU CARRERA ARTÍSTICA
Primera Parte
Por Pablo Taboada
FIORENTINO, FRANCISCO
Bandoneonista, compositor, locutor, cantor de tangos.
(Buenos Aires, 23 de septiembre de 1905- Mendoza, 11 de septiembre de 1955)
1. INFANCIA EN SAN TELMO Y PRIMEROS PASOS EN EL TANGO
Francisco Fiorentino nació en el barrio porteño de San Telmo, el 23 de septiembre de 1905. Séptimo de nueve hermanos, su padre se llamaba Miguel y su madre Ana, quien también tenía como apellido Fiorentino, al igual que su esposo. Entre sus hermanos mayores estaba Vicente, quien era hacia fines de los años diez, un violinista conocido en el ambiente del tango.
Francisco no pudo concluir la escuela primaria y comenzó a trabajar como ayudante de sastre y también como cadete en el Club Italiano de Buenos Aires. Su hermano Vicente, le regaló un bandoneón y lo puso bajo las ordenes del profesor Minotto Di Cicco, uno de los más geniales fueyes del tango, que en aquellos años como en casi toda su carrera, era primer bandoneonista de Francisco Canaro.
Con Minotto aprendió bastante el bandoneón y comenzó a trabajar como músico a los quince años, junto a su hermano Vicente y un amigo al piano. A los cafetines de su barrio, sumaba otros y varias fiestas privadas, hasta que en los inicios radiales de LOW Radio Grand Splendid (1924), lograron ingresar como músicos estables de la emisoria, que les pagaba por hora. También el trío se aprestaba a tocar tangos y acompañar otras voces en Radio Brusa. Francisco, oficiaba como presentador y estribillista del trío, ya que le gustaba cantar y por ende, departía melodias de los tangos en boga. Desde que los Fiorentino trabajaban en la radio, Francisco dejó sus puestos laborales en la sastrería y en el club y se dedicó de lleno al tango.
2. OPORTUNIDAD CON FRANCISCO CANARO
Por intermedio de su profesor Minotto, consiguió sumarse a la fila reforzada de bandoneones de Francisco Canaro para un espectáculo en el Teatro Casino de Buenos Aires, en 1924. Fiorentino no solo oficiaba de músico, sino de presentador y hasta de estribillista. (Siempre se dijo que Fiorentino cantaba estribillos con un magáfono. La cancionista Zulema Uccelli, que compartió cartel con él en los años treinta, me lo confirmó. Fiore solía hacerlo siempre, inclusive en las épocas con Pedro Maffia. Cabe agregar que esto no le agradaba a la mayoría de sus colegas).
Al terminar su corta labor con Canaro, volvió a trabajar como bandoneonista de su hermano Vicente, pero con el agregado de contar ahora para el piano, con el famosísimo José Martínez, creador de los tangos “El pensamiento” y “De vuelta al bulín”, para una gira por las provincias y territorios nacionales patagónicos y que se encaminó hasta Rio Gallegos. Fiorentino se quedó varios meses en el sur, hasta que regresó a Buenos Aires, para tocar en los cafetines de la noche porteña.
3. EN LOS BARRIOS
Es un gran error considerar que las orquestas que tocaban en los cafés o cines de barrio, eran de segunda o tercera categoría. La demanda del tango era tan grande, que todos los salones públicos del centro o de los barrios, contrataban los servicios de los músicos para animar sus reuniones. En esa línea, el cuarteto de Vicente Fiorentino que contaba con éste al violín, Francisco y Joaquín Mauricio Mora en bandoneones y Simoni Alfaro en piano, tuvieron su consagración en diversos establecimientos nocturnos como los cines: “Villa Crespo”, “Rialto” o “Cervantes”. La fama del cuarteto llegó en breve a los cafés “Germinal” y “Nacional”, ambos templos del tango.
4. OTRA VEZ CON CANARO
En 1927, Francisco volvió como refuerzo de Francisco Canaro para la fila de bandoneones, y de paso cantó algunos estribillos que se plasmaron en los Discos Nacional Odeón, como el famoso “Micifuz” de Avilés y Maroni que cantaba Gardel, “Intimas” y “Tu secreto”. En 1928, Fiorentino siguió como refuerzo de Canaro y grabó como estribillista otros títulos como “Mueble viejo”, “Malandrín” y “Che italiano”. Su labor con Canaro era esporádica y por lo tanto, podía trabajar como bandoneonista o estribillista en otras agrupaciones. En ese orden, fue convocado por el maestro Juan Carlos Cobián para grabar una serie de estribillos en los discos que el compositor de “Los dopados”, iba hacer en el sello Víctor.
5. CON JUAN CARLOS COBIÁN EN LA VICTOR
Hacia 1928, Cobián imprimió una tanda de grabaciones espléndidas en la casa Victor. Para la labor cantoral, llamó a Fiorentino aunque deficiencias técnicas, impiden apreciar la parte cantada. Un LP recuerda varios de esos temas, pero lamentablemente no salieron bien las partes sonoras de Fiore. Los 78 rpm, si bien se escuchan mejor, no son como los de las otras agrupaciones. Si bien la parte de la orquesta se oye perfectamente, no corrió con la misma suerte la parte del estribillista. Creo que la posición dada en la sala al cantor, afectó la sonoridad de los cantables. Igualmente, es raro que no hayan percibido la deficiencia. Es fáctible que Fiorentino haya cantado desde su silla de bandoneonista y no frente al micrófono. La orquesta estaba integrada por Cobián al piano; Ciriaco Ortiz, Luis Petrucelli, Nicolás Primiani y Fiore en fueyes; Elvino Vardaro, Manlio Francia y Fausto Frontera en violines y Humberto Costanzó en contrabajo. Los tangos grabados eran: “Rey de copas”, “Me querés”; “Charlatán”, “Vení, vení”, “Ladrón”, “El único lunar”, “Recostao en un farol”, “El marcao” y algunos otros más.
6. ENTRE ODEÓN Y ELECTRA. CANARO, FIRPO Y JUAN D’ARIENZO. PARTICIPACIÓN CON POLLERO EN DISCOS DACAPO
En 1929, la casa Nacional Odeón volvió a llamar a Fiore para oficiar de estribillista de Canaro y de Firpo. Con éste grabó el tango “Tal vez mi nena”, y con Pirincho registró “Miau”, “Porque eres mala” y “Vuelve amorcito”. Pero el paso importante, lo dio cuando la casa Electra, lo convocó para cantar estribillos para la agrupación de Juan D’Arienzo. El binomio D’Arienzo-Fiorentino (como antes lo era Carlos Dante), recuerda que entre 1929 y 1930, grabó los tangos “Victoria” y “Soy un arlequín” de Discépolo, “Che careta” y “Pilchas brujas”, el vals “Noche silenciosa” y algunas rancheras como “Maiz frito”, “Fiesta, asao y cimarrón”, “La correntada” y “Al tranquito”. También actuaron en algunos cabaretes del centro. La orquesta de D’Arienzo contaba con el piano de Vicente Gorrese (antes Luis Visca), Alfredo Mazzeo, Luis Cuervo y D’Arienzo en violines, Ciriaco Ortiz, Nicolás Primiani y Fiore en fueyes y Puglisi en contrabajo.
En 1930, también fue convocado por Julio Fava Pollero, a los efectos de registrar algunos estribillos para los discos que esta orquesta grababa para Dacapo, marca subsidiaria de la casa Glucksmann.
Pero lo más destacado de 1930 fue el llamado de Pedro Maffia para que Fiorentino se incorporara a la orquesta de manera definitiva, no solamente como estribillista para grabar, sino también para actuar en público.
7. CON PEDRO MAFFIA Y LA TÍPICA VICTOR
Fiorentino trabajó con Maffia en radio, cabaret y cafés del centro y también grabó entre 1930 y 1931 una buena cantidad de tangos para discos Columbia. En varias de estas placas, Fiorentino cantaba bastante más que el estribillo, teniendo un poco más de protagonismo que los estribillistas habituales.
Entre los tangos que llevaron a la cera se encuentran: “La mariposa”, “Taconeando”, “Confesión”, “Che Pascual”, “Volvé a mi lado” (hay una versión instrumental también), “Carillón de la merced”, “Maldita”, “La bruja” y “La caprichosa”. También registraron varios valses como “Una noche de amor”, y “Sueño de juventud”, entre otros y algunas rancheras famosas como “La mentirosa”.
Entre otras labores que merecen destacarse a nivel fonográfico, debe informarse que Fiorentino colaboró en una histórica placa con la Orquesta Típica Victor, que data de 1931. Me refiero al bello tango “Organito callejero”.
En 1932, Francisco Fiorentino se sumó a una agrupación tanguera que fue contratada para trabajar en Alemania y procedió a viajar a Europa, de donde regresó un año después, como veremos en la próxima entrada.