ACLARACIONES SOBRE LOS ANTECEDENTES POLICIALES DE CARLOS GARDEL
Hace pocos dias, un matutino porteño informó (desinformó en realidad) a la población de que Gardel era un estafador y que sería un experto en “hacer el entre con el cuento del tío” (igual que en el tango “Madame Julien”).
Algunos periodistas se comunicaron a nuestro portal con el ansia de encontrar alguna explicación y por lo tanto, aquí la damos a conocer.
En principio, vamos a aportar prudencia y claridad al revuelo, entidades que la noticia retransmitida de boca en boca, tras la publicación del anuncio, no ha tenido lamentablemente. GARDEL NO ERA UN ESTAFADOR, como insinuó el diario. Todo tiene una explicación, si se acude al sentido histórico, cosa que como en otras veces, no se ha dado en la ocasión.
Lo más importante para destacar no es justamente, el tema de Gardel estafador (adjetivo que a la prensa le viene bien para rellenar espacio), sino la investigación de los criminalistas que han comprobado que las huellas digitales de Gardel en 1904, 1915 y 1923, eran las mismas. Este aporte técnico, da por el suelo contra las tropelias de los uruguayistas y esto creo que es lo más importante para destacar. El mismo que se declaró hijo de Berta en 1904, es el mismo que se declaró tacuaremboense en 1920 y 1923. ¿Qué sentido tendría mentir en 1904, para alguien que apenas tenía 13 años? El trazo caligráfico de la firma y las huellas de 1904, han comprobado tras un informe forense (nosotros conocíamos eso ya, porque fuimos junto al gran coleccionista Juan Ayala quienes conseguimos hace muchos años el antecedente policial de Florencio Varela por intermedio de una persona que trabajaba en el archivo de la policía bonaerense), que siempre ha habido una sola y única persona, hecho que no nos soreprende, aunque bienvenida sea la confirmación “científica” de la cuestión de las huellas digitales. No hay dos personas, una francesa y otra uruguaya. Clarito.
Ahora si, vamos al tema de los pronturarios. Gardel nunca fue un estafador. Testimonios orales y nada más que orales, treinta años después de los supuestos hechos, indicarían que el presidente Alvear, mandó a destruir el prontuario de Gardel de la Policia Federal. Naturalmente que los prontuarios federales, de haber existido, serían bastante antiguos, porque Gardel desde 1912, era un profesional del canto, amigo de los conservadores y por lo tanto, no tendría grandes problemas con la policía como se ha dicho más de una vez –con mala intención-, no sólo por la supesta protección que podría recibir, sino porque era ya un cantor famoso y en ese contexto no se hacen patentes “sus potenciales acciones como estafador”. O sea, no tiene sentido hablar de Gardel como un delincuente profesional después de 1912, porque la historia artística del ídolo, prueba lo contrario.
En cambio, si nos remontamos al antecedente provincial de 1904, nos encontramos con una nimiedad: una detención por estar en un prostíbulo siendo menor de edad. También en 1913, existió una denuncia de Berta por una desaparición prolongada del cantor (que ya comenzaba con sus giras por el interior). Por lo tanto, nada raro.
En 1915, la situación de Gardel como artista nacional, era óptima. Se lo consideraba junto a Razzano, como el cantor criollo por excelencia, se lo conocía ampliamente en el país y comenzaba hacerse valer en los países vecinos. Había cantado recientemente en el Uruguay y se aprestaba a viajar al Brasil para una gira de prestigio con un conglomerado de lo más selecto del teatro argentino y uruguayo en boga. Para dar una mención a la figura de Gardel en ese año: viajó al Brasil junto a Enrico Caruso y compartieron tertulias cantables en el camarote del gran tenor italiano. ¿Tiene sentido pedir un certificado ante la policia sabiendo que existen antecedentes por hacerle el cuento del tío a alguien, cuatro días antes de viajar en el mismo barco junto a Caruso, la estrella del canto internacional? ¿O hay otro sentido burocrático al tema del expediente policial?
Gardel no tenia entonces documentación oficial o si la tenía era naturalmente “falseada”. Los motivos de la situación documental de Gardel obedecen a cuestiones legales bastante más añejas que 1915. Motivos civiles, penales, militares o una combinación de ellos (esto es cuestión lógica, ya que no se cambió sus papeles por deporte o mero gusto), hicieron que Gardel estuviera hasta 1923 sin documentación oficial de carácter permanente. Fuentes directas como Razzano o Guibourg han narrado haber visto documentación falsa facilitada por Alberto Barceló (jefe de los conservadores bonaerenses), y bajo estas circunstancias históricas debe situarse el expediente de 1915.
Gardel se aprestaba para su viaje al Brasil (no sabemos con que documentación salió del país en su visita previa a Montevideo), y precisaba alguna documentación. La presencia de Benavídez como testigo en su rol de jefe de la policia de la provincia y amigo de Gardel desde 1913, facilita bastante la comprensión del asunto.
Las fotos que muestra el expediente de 1915 (aparece quemado justo el nombre donde debería leerse Gardel, cosa sugestiva), aclaran que NO CUENTA CON ANTECEDENTES POLICIALES EN LA DEPENDENCIA y luego en las observaciones reluce el tema de lo que no pasó de ser una mera denuncia o mejor dicho excusa o agregado polémico al expediente. Ahí se describe la supuesta comisión de engaños a terceras personas, pero no se conoció ninguna que lo haya denunciado, otro motivo sugestivo para sospechar de la farsa del agregado. De ser cierto el agregado, tuvo que haber habido un proceso penal por estafa y tuvo que habersele negado el permiso o libreta para salir del país. Cosa que no pasó.
Ante esta situación, Gardel pudo declarar ante la policia y efectivamente, si no fue detenido, es porque la investigación no siguió o mejor dicho nunca existió, no hubo ni jueces ni sentencias condenatorias, ni nada. No hay comprobación de delito alguna, sino solo un informe que no pasó a mayores (de tan insignificante ni siquiera fue destruido por Benavídez) y que no imposibilitó que Gardel declarara datos sobre su identidad y domicilio con el objeto de solicitar documentación oficial en vísperas de su viaje.
Recordemos que era Gardel quien peticionaba ante la policía con el aval del propio Benavidez. La declaración policial y la huella digital, permitían acceder a otro documento posterior extendido por las autoridades para viajar al Brasil cuatro dias después. El trámite policial fue peticionado por el propio cantor y data del 13 de agosto, partiendo hacia el Brasil, el 17. Gardel quedaba limpio y con un certificado o documento para portar en el viaje.
Inclusive, el informe que completaría el prontuario, es un pase de la Policia Federal a la Polícia de La Plata. Y tiene una manifiesta contradicción en su declaración que le da poca seriedad al tema en discordia, por cuanto consta que no tiene antecedentes policiales en la dependencia y luego en las observaciones, se lo sindica como estafador (sic). La incongruencia delata cierta pobreza intelectual en el informe, que por otra parte está fechado el 18 de agosto, cuando el cantor ya estaba fuera del país y por lo tanto tenía en su poder el documento del Estado argentino que gestionó en su petición del día 13.
Nada de estafa, solo un subterfugio burocrático para obtener un permiso administrativo que le permitiera salir del país. Esa y no otra es la explicación del caso.
Punto final.
PD: Esta explicación supone la buena fe del pronturario de 1915, aunque solo hemos tenido acceso a las fotos y no a la totalidad del expediente original.
PD II: Si Gardel hubiese efectivamente sido un estafador y la denuncia o el antecedente de estafa hubiese tenido peso, tuvieron que haber pasado lógicamente dos hechos que no sucedieron: o bien tuvo que haber sido detenido, imputado o procesado; o bien, si se lo queria proteger, debia inexorablemente haberse destruido el pronturario que registraba el antecedente (y estamos hablando de una destrucción en esa época y no en la de Alvear que sería posterior). Como Gardel no fue detenido y el expediente no se destruyó, debe suponerse que todo fue una excusa para obtener un certificado policial para salir del país y que la observación que la sección federal anotó no era más que una farsa o un rumor (no surje nada que le condene sino solo un apelativo) o bien se adicionó posteriormente con segundas intenciones, porque insistimos en que la primera parte del informe dice que no cuenta con antecedentes negativos. ¿Cómo se explica el agregado? La observación debe ser puesta a prueba por la contradicción que engendra ante el resto del documento policial.
PD III: Sobre Andrés Cepeda, (capítulo aparte), debe advertirse que ha habido dos poetas con detenciones policiales llamados de la misma manera y que vulgarmente la leyenda popular ha mezclado a ambos fusionando y poniendo todo lo peor en solo uno de ellos, el que sería a la postre el poeta de los inicios gardelianos. En algún momento daremos a conocer los detalles de esta investigación, que tuvo su primer historiador en Héctor Pedro Blomberg.