CARLOS DI SARLI
PARTE II
EL MAESTRO EN LA DÉCADA DEL TREINTA
Por Carlos Taboada
En 1930, Di Sarli se presentó en el famoso teatro “Coliseo” de la ciudad de La Plata y luego en el Café Germinal de Buenos Aires. En este lugar, al dueño del local se le ocurrió la idea de que Di Sarli actuara sin los lentes oscuros. Este se negó terminantemente a la exigencia, ya que los usaba por imperiosa necesidad debido a un grave accidente que sufriera en 1916. Este ridículo requerimiento fue respondido como correspondía por Di Sarli, quién dejó las actuaciones en el "Germinal" con el absoluto respaldo de los músicos de su orquesta. Este altercado lo afectaría muchísimo, pues se alejó de su orquesta y partió para Bahía Blanca en busca de sosiego y descanso, previo cumplimiento de un ciclo laboral junto a su amigo Discépolo en el escenario del Teatro Astral. Aquí Di Sarli se encargaba de difundir exclusivamente una selección de tangos de Discepolín, quien actuaba con su compañía.
Para los carnavales de 1931 trabajó en la confitería "La central" de Punta Alta con una orquesta de señoritas e hizo radio para LU2 de Bahía Blanca. Tiempo después, volvió brevemente a Buenos Aires a cumplir su contrato con la Víctor y con Mercedes Carné, pero pronto retornó a su patria chica. Esporádicamente regresaba a Buenos Aires para cumplir con los discos, pero retornaba principalmente a Bahía Blanca. En 1932, actuó con su sexteto en el mítico "Café Nacional" de la calle Corrientes, con las voces de Antonio Rodríguez Lesende y Roberto Arrieta. También en ese año se lució en el "Casino Pigall" donde reemplazó a la orquesta de Juan Canaro. Para 1933 seguió trabajando en el precitado cabaret; en 1934 hizo los carnavales en el cine "Guemes" de la calle Montes de Oca y sin saberse los motivos dejó Buenos Aires y se marchó a la ciudad de Rosario primero y luego de esa, pasó a Bahía Blanca nuevamente.
En el sur formaría un conjunto con Juan Cambarieri en bandoneón, Alberto Saikievich en violín y Roberto Pieri como cantor, debutando en Carmen de Patagones y luego dedicándose a hacer giras por la Patagonia y el sur boanerense. Estaríamos cerca de 1935. Mientras tanto sus músicos encabezados por Roberto Guisado, seguían actuando en Buenos Aires, con el nombre de "Sexteto Dri Sarl" o “Típica Novel”.
En una ocasión Di Sarli volvió de improviso con sus compañeros para hacerse cargo de la dirección del sexteto por cuatro meses, pero nuevamente se alejó de la capital. Fue hacia fines de 1935 cuando Don Carlos estaba actuando en el "Embasy" de la calle Florida. Entre el público estaba otro grande del tango nacido en Pigüe, Juan Carlos Cobián, eximio pianista y compositor de páginas memorables. Escuchaba con atención la interpretación de su colega y poniéndose de pié exclamó: "Di Sarli es nuestro mejor intérprete de piano". Recordemos que existe una grabación extraordinaria de Di Sarli de 1941, precisamente del tango de Cobián “Mi refugio”, donde el pianista bahiense, se luce en uno de los mejores solos de piano de la historia del tango.
En 1936, volvió a Buenos Aires para participar con su sexteto en la musicalización de la película “Loco Lindo”, que protagonizara Luis Sandrini. Para esa ocasión el cantor Ernesto Famá estrenó dos composiciones escritas especialmente por Di Sarli: el tango homónimo de la película y la canción criolla “Canción de ausencia” ambas con letra del sublime poeta Conrado Nalé Roxlo, quien firmaba las composiciones populares y gauchescas con el seudónimo de “Chamico”.
Después sería el turno del "Moulín Rouge" donde se incorporaron al sexteto el cantor Ignacio Murillo –que no grabó- y el violinista Daniel Goicoechea quien provenían de la orquesta de su hermano Roque, que se encontraba trabajando en "Le Chaumiere". Los hermanos, Carlos y Roque formaron un elenco para amenizar los carnavales del Club Lanús, quedando Carlos en la parte tanguística y Roque a cargo de dirigir la jazz.
En 1937, cuando Juan Carlos Cobián se marchó a los Estados Unidos, Di Sarli lo suplantó en el "Trío N° 1" quedando conformado por éste al piano, Ciriaco Ortíz en el bandoneón y Cayetano Puglisi en violín. Actuaron por radio. Di Sarli desde el piano, también ejecutaba clásicos: Beethoven, Chopin, Listz, etc.
Pronto se alejaría una vez más de la capital. Se especularon varias motivaciones de su alejamiento como una pelea con sus músicos o un viaje de negocios a los Estados Unidos -allí se encontraba Cobián-, donde de paso habría ido a profundizar su ya sobresalientes dotes musicales con altos profesores. Lo cierto es que poco y nada se sabe de su paredero en 1938. Recién en 1939, podremos ubicarlo con su gran orquesta típica, pero aquí empieza una nueva historia del músico, que abordaremos en el próximo capítulo.
