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JUAN D'ARIENZO

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JUAN  D´ARIENZO

"EL REY DEL COMPÁS" 

Por Carlos Taboada 

Coleccionista e investigador de Gardel 

 

 

Tal vez Juan D´Arienzo sea para el tango, el restaurador del ritmo bailable en su más cabal expresión. A pesar de ello, su estilo jamás excluyó a los grandes compositores melódicos del género como Enrique Delfino. Pero insistimos, en que su impronta musical  tenía que ver estrictamente con el ritmo bailable. D´Arienzo fue quién con su estilo orquestal, de ritmo acompasado y  brillante, lograría devolverle al tango esa chispa emparentada con el legendario repertorio de los compositores señeros de la guardia vieja y de la primitividad de su origen. En  momentos en que el tango se escuchaba más que otra cosa, levantó al público de sus asientos para llevarlo nuevamente a las pistas de baile. Su orquesta fue seguida por las nuevas generaciones quienes lo consagraron como "El Rey del Compás". 

Sus padres que habían llegado de Italia, se radicaron en el barrio de Balvanera. Allí nació Juan, el día 14 de diciembre de 1900. A los once años comenzó sus estudios de violín en el "Conservatorio Mascagni" bajo la tutela del maestro Panne. Posteriormente, prosiguió sus estudios en el "Instituto Thiebaud Piazzini" con el profesor Fassano. Por ese tiempo, debutó profesionalmente. Formó un trío con el pianista Angel D´Agostino y el bandoneonista Bianchi, que amenizaron las jornadas del "Teatro Guignol" del Jardín Zoológico. Luego se uniría al conjunto, Ennio Bolognini.

Al llegar a la mayoría de edad, compartió con sus compañeros infantiles y con otros artistas el escenario del teatro "Apolo"; también actuó en el "Avenida" y en el "Nacional". Los salones de baile como los de "Laura" y "María la Vasca"  -reductos tangueros por excelencia-,  contaron también con su música. 

Al llegar la década del veinte, alternó el tango con la jazz band, interviniendo en la "Jazz Select Lavalle" que estaba conformada por músicos del cine homónimo y a su vez, actuó en la orquesta de Nicolás Verona, que completaba el pianista dinamarqués Friederickson, y también junto a Elio Rietti. Paralelamente, tocaba el violín en la típica dirigida por el maestro Francisco Pracánico.   

Desde su labor con Pracánico en 1926, retomó el camino del tango al que ya nunca abandonaría. En 1927 tuvo otra experiencia orquestal en el "Sexteto Los Ases", que también integraban Luis Visca en piano, Anselmo Aieta y Navarro en bandoneones,  Cuervo (segundo violín)  y Corleto en contrabajo. Posteriormente junto a Luis Visca, formó nueva agrupación musical, trabajando en el cine “Río de la Plata” –recordemos que en la década del veinte, los músicos actuaban en los viejos cines, amenizando las proyecciones mudas-. El cine sonoro fue mermando esa fuente laboral. 

Para 1928, su tío Alfredo Améndola, lo contrató para grabar una serie de discos en el antiguo sello ELECTRA. Su primer grabación, fue una pieza de su autoría, el tango con letra de Luis Rubinstein: "Callejas Solo". En esta etapa discográfica tuvo el aporte vocal de Carlos Dante y Francisco Fiorentino. La orquesta no tenía en ese entonces su inconfundible ritmo tan personal, pero se diferenciaba ya de los otros músicos de la época. 

Para 1933, D´Arienzo ya tenía suficiente cartel y un buen ganado prestigio, y por tal motivo fue contratado por el cabaret "Chantecler". Fue allí precisamente cuando su fuerza rítmica se impuso definitivamente en el gusto del porteño. De aquel memorable año, se cuenta su participación en la película “Tango”, donde puede verse ejecutar a su orquesta y a él desde el violín, en el mítico cabaret precitado. 

Cuando los directivos del sello "Víctor" vieron el éxito alcanzado por su orquesta, lo contrataron inmediatamente. En julio de 1935, debutó en esa casa grabadora convirtiéndose en un suceso extraordinario de ventas. Esa primera formación que grabara para  la "Víctor" estaba integrada por los siguientes músicos: Domingo Moro, Juan José Visciglio y Faustino Taboada (bandoneones); Alfredo Mazzeo, Domingo Mancuso y Francisco Mancini (violines);  Lidio Fasoli (piano) – reemplazado luego por Rodolfo Biagi- y el legendario Rodolfo Duclós (contrabajo). Posteriormente,  D’Arienzo agregaría más instrumentistas a su formación, como Angel Ramos y Héctor Varela en los fueyes, Cayetano Puglisi en el violín y Olindo Sinibaldi en el contrabajo. Él ya había dejado el violín  y tomado la batuta de director. 

Al  año siguiente, la orquesta de D’ Arienzo estuvo junto a otros artistas en la  inauguración de radio "El Mundo". En 1937, sería convocado por el cine para ser parte de la película "Melodías Porteñas", junto a Enrique Santos Discépolo y Amanda Ledesma. Dicha intervención cinematográfica consistía en una presentación radial  al aire libre, donde  Alberto Echague  cantaba el tango homónimo del título de la cinta. En ese mismo año, se presentó por primera vez en Montevideo. Actuó en el teatro "Solis" y en el café "Tupí Nambá". Fue tan resonante su éxito en la vecina orilla, que regresaría al Uruguay los años subsiguientes. 

Su fama, y el auge de sus discos, eran tan enormes, que en la década del cuarenta sería convocado nuevamente por el cine, para filmar en 1941 "Yo quiero se bataclana" y en 1949 "Otra cosa es con guitarra”. Participó posteriormente en otras junto a Canaro y Mariano Mores.   

Durante veintiocho años actuó en el "Chantecler",  donde recibiera el apodo de "El Rey del Compás", mote que le pusiera el "Príncipe Cubano" -animador del cabaret-. Cuando fue derrumbado ese reducto histórico del tango, sito en la calle Paraná entre Corrientes y Lavalle, el maestro D’Arienzo pasó a Paraná entre Corrientes y Sarmiento, pero ya como propietario del mismo. El local duró muy poco tiempo, debiendo cerrar definitivamente.

Por la década del sesenta su orquesta empezó a cambiar el ritmo, haciéndose más lenta y melódica. Los bailables no convocaban a las orquestas de tango, pero D’ Arienzo supo encontrar refugio en la televisión, actuando en diferentes programas con el apoyo del público. Por más de cincuenta años su orquesta se mantuvo en la preferencia de los bailarines.

Con su fallecimiento, ocurrido el 14 de enero de 1976 el tango perdió a uno de sus últimos bastiones. Nos legó como compositor,  tangos memorables como “Chiruza”, “Nada Más”, “Paciencia” y “El vino triste”, por nombrar algunos pocos ejemplos.

D’Arienzo supo con su orquesta hacer disfrutar a varias generaciones de la más maravillosa música popular del mundo.  

Actualizado ( Sábado, 03 de Abril de 2010 17:48 )  

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