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MAGALDI-QUIROGA Y MAGALDI-NODA

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MAGALDI-QUIROGA Y MAGALDI-NODA

LOS INICIOS DEL GRAN CANTOR

Por Pablo Darío Taboada

1.    PRELIMINARES 

Generalmente he escuchado varias historias acerca de los comienzos de Agustín Magaldi y no todas las conjeturas que se formularon en la tradición oral coleccionistica o en la crónica periodística “especializada” parecían amalgamarse. Si bien es cierto que en nuestro artículo introductorio referente a los primeros pasos del cantor se han mencionado algunos datos salientes e indiscutidos sobre el asomo del artista al canto criollo, estos  antecedentes reúnen el carácter de elementales, sin haber aportado hasta ahora, un minucioso estudio sobre las distintas hipótesis expuestas en la narrativa magaldiana.  

Es por ello, que me pareció oportuno trazar un panorama detallado de los inicios de Agustín Magaldi, para tratar de encontrar un conector que permita resolver las diferencias que durante años han dividido hasta furiosamente a los amantes del cantor, coleccionistas e investigadores de la materia.  

Presentaré brevemente las hipótesis en danza, los problemas lógicos que aparecen siempre en las reconstrucciones históricas que se han hecho sobre el pasado tanguero y luego, brindaré algunos datos en crudo que serán relacionados discursivamente para plantear una nueva hipótesis sobre los embrionarios tiempos artísticos de Don Agustín. 

2.    HIPÓTESIS EXPUESTAS A LA FECHA Y PROBLEMAS LÓGICOS EN EL DISCURSO HISTÓRICO-TANGUERO 

Coleccionistas e investigadores han planteado las siguientes hipótesis sobre la llegada a la fama de Magaldi, sobre todo, desde la unión cantoral con Pedro Noda.  

a)    Magaldi fue presentado a Pedro Noda por Néstor Feria y gracias al encuentro gestado por el cantor uruguayo, se constituyó el dúo Magaldi-Noda.

b)     Magaldi fue “descubierto” por Rosita Quiroga (no importa donde) y ésta lo ubicó luego de grabar un par de discos promocionales junto a Pedro Noda.

c)    El dúo Magaldi-Noda nació por orden e idea del guitarrista Enrique Maciel.

d)    El dúo nació en la casa de los hermanos Riverol en Mataderos, por la vinculación existente entre Angel Domingo Riverol –el ulterior famoso guitarrista de Gardel- con Pedro Noda.  

El problema básico de todas estas hipótesis, residía en el hecho de que sus defensores planteaban sus juicios con carácter exclusivo y absoluto. O sea, una opción por la que se tomaba partido, anulaba directamente a las otras y las enterraba para siempre en el descrédito. Ninguno de los coleccionistas e investigadores pensaron en que las distintas posiciones, podían tener algunos puntos de contacto que permitieran, cual un rompecabezas, reconstuir una historia donde todos los nombrados personajes del tango, han tenido algo que ver en el surgimiento de Magaldi y la constitución de los dúos con Rosita Quiroga y con Pedro Noda[1] 

Antes de entrar a indagar a fondo las distintas opciones barajadas, debe señalarse que un gran problema metodológico de los tangófilos, ha sido generalmente, tomar al pie de la letra con mucha liviandad, lo que afirmaba un protagonista sin más, dando al testimonio del protagonista directo o indirecto un crédito inconmovible, sin reflexionar sobre aquello con sentido critico. De esto no quedaron excluidos ni lo más devotos expertos en la historia de nuestra música, con contadísimas expeciones, entre las cuales merece destacarse por su rigor epistemológico, las observaciones siempre atinadas del Dr. Castelli, en la vieja revista “Estudios de tango”.    

Esto no equivale a considerar que el testimonio del protagonista no tenga valor. Al contrario. Tiene mucho valor. Posiblemente sea una fuente inmejorable para reconstruir el pasado tanguero, pero siempre teniendo en cuenta el contexto histórico que rodea tanto al testimonio recordado como a lo recordado; y algunas ideas historiográficas elementales para reconstruir el relato en base a testimonios, sean estos escritos u orales.  No tiene demasiada autoridad decir que un hecho fue de tal manera porque lo dijo, por ejemplo: X. Ese testigo puede olvidarse, equivocarse, confundir sucesos. Muchas veces el mismo paso del tiempo hace que cuando un testigo recuerda medio siglo después de los hechos que pretende recordar, tenga vacilaciones. Las memorias de Agustín Irusta, son cabal ejemplo de lo que digo. Ahora bien, puede darse el caso de gente con memoria infalible o aunque raro, no imposible, han existido testigos que documentaron su propia carrera[2] 

Por lo tanto, cuando entrevistamos a un protagonista o cuando abordamos la reconstrucción histórica a través de viejas crónicas o reportajes, debemos tener presente que el testimonio puede llegar deformado. ¿Cómo hacer para encauzarlo en su debido cauce? Precisamente con el contexto histórico que el coleccionista o investigador conoce porque tiene otras armas en su haber: discos, catálogos y documentos de época, partituras, cartas, revistas y diarios antiguos, fotografías, etc. Todo sirve para reconstruir el pasado de un artista. Y sobre todo, sentido histórico. Quien conoce sobre el panorama del tango no puede aprobar algunos juicios que conoce errados, como sostener como he escuchado más de una vez, que en la década del cuarenta, no habia cancionistas de tango o cantores con guitarras.  Para volver sobre los recuerdos de Irusta, si tenemos en cuenta el sentido y el contexto histórico, su testimonio desordenado y confuso, pasa a ser un formidable relato de sucedidos biográficos de su carrera, como la de sus compañeros Lucio Demare o Roberto Fugazot.  

Una cuestión importante radica en cruzar los testimonios de la misma persona y compararlos entre sí. Y debe tenerse presente la fecha de los testimonios. Por una sencilla cuestión de sentido, el recuerdo plasmado por el protagonista a poco de haber vivenciado los hechos que narra, puede quedar enlistado en cierto plano de certezas. No quiere decir que no pueda equivocarse, pero los márgenes de error, son mínimos. Por el contrario, el vago recuerdo que detenta quien vuelve hacia el pasado medio siglo después, tiende a debilitarse, a pesar de que en algunos casos privilegiados puede llegar casi intacto hasta el investigador. Pero esto no es lo más frecuente.  

Aclarados estos puntos, corresponde ahora, desmenuzar los distintos testimonios conocidos sobre los inicios cantorales de Agustín Magaldi. 

3) MAGALDI EN ROSARIO, CASILDA Y SANTA FE. PRIMEROS TIEMPOS EN BUENOS AIRES. DÚOS CON ROSSI, ESPINOSA Y GRAN DÚO CON ROSITA QUIROGA.  

Parto de la base de una encomiable obra sobre la vida de Magaldi, escrita por dos grandes coleccionistas e investigadores magaldianos. Me refiero a Juan José Quiroga y Luis Héctor Cesio[3]. En la obra citada, los autores publicaron una memoria del propio Enrique Maciel y de Rosita Quiroga. Las notas se corresponden al número 4 de la inhallable revista “Sonido” (Radio Cine-Teatro-Actualidades) del 15 de septiembre de 1938. 

Digo antes para ampliar la información que versa sobre el particular, que Agustín Magaldi era un ferviente aficionado al canto lírico. Al igual que Carlos Gardel, pudo volcar dicha pasión al insertarse como comparsa o claqué a los teatros rosarinos, para ver en acción a los grandes cantantes como Enrico Caruso y Tita Ruffo. En ocasión de venir la compañía de Pietro Mascagni a la Argentina, uno de sus integrantes, el profesor de canto Mignón, quedó en el país y fue el primer maestro de Agustín en el Conservatorio de Bellas Artes de Rosario, lugar al que se trasladó desde Casilda, para llegar a los escenarios. Tuvo Magaldi la posibilidad de debutar con un fragmento de “I Pagliacci” en la compañía de Morganti en Rosario, cerca de 1919. Poco después, al ver en persona como espectador una actuación de Gardel-Razzano en su ciudad adoptiva, decidió volcarse al canto criollo.  Cantó también, según Lito Bayardo, con otros amigos de la zona: Yuvone y  René Rossi y otros musicantes, entre 1920 y 1921.

Alrededor de 1922, y después de cantar por cafetines de Casilda y otros pequeños biógrafos de pueblos santefecinos junto al joven muchacho Héctor Palacios –luego cantor muy famoso-, formó un conjunto criollo con otros cinco integrantes y debutaron en el escenario del “Eden Park” de Rosario, ganando apenas un peso con cincuenta por actuación cada miembro del conjunto, al que bautizó “Los Galdi”. 

Mejor fama ganaron localmente, cuando a principios de 1923, constituyó junto a Juan Carlos Espinosa y el guitarrista y compositor cordobés Cirilo Allende (quién fuera con el correr del tiempo, uno de los autores más grabados por Magaldi), un trio que se presentó, entre otros lugares en el “Café de la Glorieta” de Rosario.  Después formó un conjunto con Nicolás Rossi (autor de la canción “Aquella palomita” grabada por Gardel-Razzano y primo de Enrique De Rosas) quién hacía la segunda voz, a la que sumaron la guitarra de Orlando y el bandoneón de Angel Loduca. Actuaron por varias localidades de la Provincia de Buenos Aires y también llegaron a cantar en algunos cafetines y salas de la Capital Federal[4].

Pero hacia fines de 1923, Rossi partió junto a Enrique De Rosas, Gardel y Razzano a una gira por España, quedando Magaldi sin compañero de ruta.  Fue cuando pronto llegó de Rosario su amigo Espinosa, para intentar otra vez suerte, logrando una prueba en la Casa Victor. Pero en ese momento no fueron contratados[5]. Luego de demabular por Buenos Aires en distintos cafetines y cabaret, apareció Rosita Quiroga y dado el talento de Magaldi le ofreció formar un dúo, llegando a cantar por vez primera en la radiotelefonia de entonces.

Magaldi cantó simultáneamente con Espinosa, Rossi y Rosita Quiroga.  Por ejemplo, el 5 de junio cantó a dúo con Rossi en Mataderos; el 10 de junio de 1924, cantó a dúo con la cancionista en Radio Cultura. Fueron del repertorio de esa noche: “Virgencita de Luján”, tonada de Velich; “Ay de mi”, zamba de Cárdenas; “El trébol”, tonada de Polito; “Costumbres viejas”, vidalita de Rosita Quiroga; el tango “De estirpe criolla” y Magaldi cantó una plegaria desconocida de su autoría, llamada “Tierra del fuego”. Los acompañó en guitarras, Orlando.  

El 13 de junio, volvió a repetir otra audición con Rosita Quiroga, pero por los micrófonos de Radio Brusa, también con Orlando en guitarra. Durante el resto del año, sumó otras audiciones radiales entre Brusa, Cultura y LOY, la vieja radio estación Flores, primitiva señal de la futura Radio Nacional (estación Flores), Radio Nacional y Radio Belgrano. En el amanecer de la radio comercial, le pagaban a Magaldi, veinte pesos mensuales por concepto de “movilidad”.  

En esos meses, Rosita Quiroga y Magaldi cantaron en varias salas de la Capital y del interior de la Provincia de Buenos Aires. Los acompañaban en guitarras Orlando y D’Espósito. (En la radio, los acompañaba en ocasiones Antonio Polito al piano).  

Entre noviembre y diciembre de 1924, llegan las grabaciones a dúo de Quiroga-Magaldi en la Victor: la ya nombrada “Virgencita de Luján”; “Chilena ingrata”; el gato “El amor de los amores” y la zamba “La jachallera”.  

A partir de allí, llegó la consagración definitiva que se perfeccionaría en breve, con la formación del dúo Magaldi-Noda. Pero, ¿cómo pasó Magaldi de cantar con Rosita a cantar con Noda?   

4) MAGALDI-NODA. FORMACIÓN DEL DÚO ANTOLÓGICO. 

Enrique Maciel, en 1938, bastante cerca de los sucedidos que narró, pone un tanto en claro las idas y vueltas de las distintas hipótesis acerca de quién armó el dúo.

La primera hipótesis de Néstor Feria debe descartarse, pero no el rol que le cupó al cantor oriental, por cuanto fue él, quién le presentó al cantor santafecino a Rosita Quiroga y a Enrique Maciel. Y ese hecho, no sé produjo en Buenos Aires, sino en Rosario.  Enrique Maciel, acompañaba al dúo Rosita Quiroga-Rosita Del Carril en una gira por Rosario en el año 1922. Las “Rositas”, actuaban en el famoso Café “La Bolsa”, donde alguna vez habían cantado Gardel-Razzano. Magaldi, ya cantor del ambiente rosarino, fue presentado a Maciel por Feria. Rosita Quiroga había manifestado que fue el Rata Iriarte, quien le presentó a Magaldi. Pero de seguro que Iriarte estaba junto a Maciel en esa gira, en la medida de que Maciel intercalaba con Iriarte y Aguilar el acompañamiento de los dúos criollos de la Victor en los años 1922/1923.  El moreno guitarrista, le aconsejó a Magaldi y a Espinosa, ir a cantar a Buenos Aires y aparentemente fue él músico, quien le consiguió la prueba en la Victor.  

Rosita Quiroga, que estaba al tanto de la prueba de Magaldi con Espinosa (y tiene sentido que lo supiera si efectivamente Magaldi ya había entrado en el círculo de Maciel y por ende, cobra vigor el relato del creador de La Pulpera, de que ya conocían a Magladi), y a sabiendas de que Espinosa habia vuelto a Rosario y Magaldi seguía tentando fortuna con Rossi y Orlando sin novedad de la grabadora, lo convocó para cantar en conjunto. Es más, Rosita manifestó que cantó cerca de un año con Magladi, cuestión correcta si tomamos en cuenta el período de mediados de 1924 a mayo de 1925, fecha de los primeros registros fonográficos de Magladi-Noda.  

Después de los éxitos de Quiroga-Magaldi, la Victor le pidió al cantor formar dúo masculino y fue una vez más Maciel, quién le aconsejó a Pedro Noda. (Por lo que debe descartarse la hipótesis de Rosita Quiroga como promotora del dúo).   

Quedaria ver entonces, que relación tiene la hipótesis de Maciel con la de Riverol en Mataderos. Veamos.  

Pedro Noda cantaba como mínimo desde enero de 1924, en LOY, estación que poco después visitaron Quiroga-Magaldi, razón por la cual, no podría desconocerse que pudieron haberse conocido circunstancialmente con Noda o cuanto menos, tener referencia de un colega que cantaba en la misma audición. A eso debe sumarse, que Magaldi estaba cantando en el barrio de Matederos con Rossi, cuando también Noda, cantaba en los cafetines y biógrafos del mismo barrio, secundado por el guitarrista de la misma barriada, Angel Domingo Riverol.  

Un señor amigo de Maciel, llamado Narciso López, presentó al futuro guitarrista de Corsini, al dúo Noda-Riverol. Entonces, Maciel aconsejó a Magaldi ensayar con el cantor del barrio de Mataderos. Pareciera ser que el primer ensayo se hizo en la casa de los Riverol, por lo que bien podrían conjugarse las dos hipótesis.  

En conclusión, deberiamos expresar que tuvo efectivamente Enrique Maciel un proceder relevante en la conformación del dúo y que también lo tuvo, en otro sentido, la familia Riverol, guitarreros de fuste que cobijaron los primeros momentos del dúo en los ensayos previos del barrio de Mataderos.

Luego, Maciel en dupla con Aguilar, vinculados contractualmente como músicos acompañantes de la casa Victor,  secundaron desde las guitarras al dueto, motivo por el cual, seguramente Angel Riverol o algunos de sus hermanos o primos (como Juan José o Ignacio), quedaron relegados del plantel de músicos de entonces, ya que años después sí, trabajó un año entero con el dúo[6] 

O sea, Maciel promotor y Riverol, ensayista primitivo del proyecto. Pero también no fue menor la referenia de Néstor Feria para con Maciel, porque de tal manera, Maciel se interesó por Magaldi. Y tampoco puede negarse la influencia que el dúo con Rosita Quiroga generó para el interés de la Victor en seguir manteniendo en su cartel al cantor y a la consumación final del dúo con Noda.  Todo el círculo ligado a la Victor de esos años (Rosita Quiroga, Maciel, Aguilar, Iriarte, Néstor Feria, Francisco Brancatti, Juan Miguel Velich, Benjamín Tagle Lara), contribuyó al afianzamiento definitivo de Magaldi-Noda en el cancionero criollo. Y ello es así, por cuanto el clima épocal no podía desenteder los caminos de los artistas que supieron compartir un mismo espacio y confraternizaron sobre la base de su talento artístico. 

Para colofón de estas aclaraciones, debe decirse que el dúo Magladi-Noda, -con las guitarras de Maciel y José María Aguilar-, cantó durante 1925, en Radio Cultura y Radio LOY. También consiguieron un contrato en el Cine-Teatro Minerva en Rivadavia y San Pedrito, en el barrio de Flores.  

El dúo Magaldi-Noda se daba al público y comenzó la tanda de registros en Victor con dos grandes éxitos: la chacallalera “Cuando” de Benjamin Tagle Lara y la zamba de Velich, “No me despiertes nunca”.  El segundo disco, contó con la voz de Magaldi como solista en el tango “La santita” de sus colaboradores Maciel y Brancatti;  y el vals “Blanca flor” de su cuño autoral, obra que venía cantando desde el dúo con Rosita Quiroga y que fuera el inicio de un ciclo memorable de grabaciones y composiciones de su musa musical y poética, porque Magaldi era un melodista interesantísimo que también se animaba a escribir algunas letras.  

El Magaldi autor y compositor, será otra de las facetas inexploradas, que merecerá atención en otra entrada de investigaciontango.com 



[1] He presenciado acaloradas discusiones y puntos de vista extremos entre los que podemos citar como dos polos opuestos los de Don Raúl Lafuente y uno de los hijos de Enrique Maciel. El patriarca del coleccionismo afirmaba por tomar literalmente el relato de la familia Riverol, la tesis de que el dúo nació en casa del guitarrista de Gardel. El hijo de Maciel, extendía a verdad absoluta, el recuerdo que él tenía, de lo que su padre alguna vez le contó, sobre la paternidad del moreno músico sobre la constitución de la dupla criolla.    
[2] Por lo general, los cantores y músicos no conservaban ni siquiera los discos que grababan. Tal es el caso del gran cantor Jorge Vidal, a quien tuve la dicha de tratar. Vidal solía consultarme si existía o no tal grabación, ya que no recordaba ni podía diferenciar lo que habia cantado sin grabar comercialmente de lo que efectivamente grabó y publicó en distintos sellos.
[3] QUIROGA, JUAN JOSÉ-CESIO, LUIS HÉCTOR: “AGUSTIN MAGALDI. EL CREADOR DE LA CANCIÓN SENTIMENTAL. VIDA ARTÍSTICA-DISCOGRÁFICA-FOTOGRÁFICA”. Impresión Laboratorio de La Palabra, Bs. As, 1985. En ese libro se hallan tipeados algunos reportajes y crónicas de época, que interpretadas con sentido lógico, podrían explicar con cierta certeza los inicios de Magaldi. Tal vez los autores, no se expresaron directamente en el punto, pero la recopilación presentada por ambos en dicho libro, leída bajo el contexto de enteder que en los inicios de Magaldi varias personas colaboraron para que el cantor llegara a la fama, podría dejar asentada la aclaratoria de las distintas hipótesis.  
[4] Quiroga y Cesio datan una actuación de Rossi-Magaldi-Orlando en La Biblioteca Rodó de mediados de 1924. Sin embargo, fue hacia fines de 1923, cuando Nicolás Rossi viajó a Europa. Por tal motivo, sospecho que Nicolás Rossi volvió de España y se unió otra vez a Magaldi, en la misma época que  cantaba con Espinosa y prontamente, con Rosita Quiroga. Pero lo más importante del dato es que la Sala de la biblioteca se situaba en la calle Bragado en el barrio de Mataderos, el barrio donde Pedro Noda gozaba de buenas mentas, lo mismo que los Riverol, lo que induce a pensar en virtud del contexto cultural de la época, en que casi en simultáneo Magaldi cantó con Rossi, con Espinosa, con Rosita Quiroga y con Noda. Si en pocos meses, trabajó con todos ellos, es proclive pensar que ya habia referencias de Magaldi y de Noda, en el circulo artístico de la temporada de 1924 y posiblemente, entre ellos.
[5] Se ha dicho que no gustaron; que no gustó la voz de Espinosa y que Magaldi no aceptó seguir solo; o que los directivos de la Victor no le habian contestado todavía si les interesaba o no la labor del dúo. Este último testimonio fue el que en toda ocasión, narró Rosita Quiroga a la prensa, toda vez que tuvo que recordar a su amigo Agustín Magaldi. Lo cierto es que en primera instancia, no fueron convocados nuevamente.
[6] En 1928, la dupla de guitarras del dúo Magaldi-Noda estuvo coligada con Diego Centeno y Angel Domingo Riverol. En 1929, pasó con Domingo Conte y luego con Gardel hasta la tragedia de Medellín.
Actualizado ( Lunes, 07 de Julio de 2014 00:57 )  

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