CARLOS DANTE
HISTORIA DE SU CARRERA DE CANTOR
Primera Parte
Por Pablo Taboada
CARLOS DANTE
(Carlos Dante Testori)
Cantor
(Buenos Aires, 12 de marzo de 1906- Buenos Aires, 28 de abril de 1985).
1. INFANCIA Y PRIMEROS PASOS EN EL ARTE CANTORAL
Carlos Dante Testori, nació en el barrio de Boedo, mas precisamente en la calle Maza, entre Belgrano y Venezuela, el día 12 de marzo de 1906. Sus padres fueron Luis Testori y María Rufino. Menor de seis hermanos, concurrió a la escuela primaria Benito Nazar de la Conservación de la fe, donde se destacó prontamente en el coro escolar. Inició la escuela secundaria de noche en el Colegio Carlos Pellegrini, pero pronto dejó para dedicarse al trabajo.
Paralelamente, el joven Testori era un buen jugador de fútbol de la cuarta división del “Club Estudiantil Porteño” (tengo fotos de él junto a sus compañeros que acreditan su pasión futbolera) y fue tentado para pasar a la primera, pero decidió seguir su carrera en el rubro del tango. En 1925/26, el fútbol era todavía un campeonato de aficionados y por lo tanto, prefirió probar suerte como cantor, en el mismo club donde jugaba al fútbol. Carlos, oficiaba de cantor y bailarín en los festivales y bailes que organizaba el club y cantaba también en fiestas privadas. Por las mañanas y las tardes trabajaba en las tiendas de ropa del centro como modelo (ya que tenía una esbelta figura) y por las noches, participaba de las actividades musicales del club.
En 1926, el joven Miguel Caló, lo convocó para actuar como vocalista de su incipiente agrupación para tocar en algunos cafés de Boedo y otros barrios. Pronto fue escuchado por Francisco Pracánico y entonces dio su gran paso para llegar a cantar en el centro.
2. CON PRACÁNICO, AIETA Y D’ARIENZO
Carlos Dante (eliminó su apellido), debutó inaugurando la sala del Cine “Astral” de la calle Corrientes, como vocalista del conjunto que dirigía el maestro Francisco Pracánico en 1927. Luego acompañó a la orquesta a una gira por la ciudad de Mar del Plata y al regresar a la capital, se sumó a las huestes de “Los Siete Ases”, capiteneados por Anselmo Aieta, junto a Luis Visca, Juan D’Arienzo, Cuervo, Navarro, Ferrazano y Corletto. Con esta orquesta trabajó en los cantables en las noches del “Cine Hindú” de la calle Lavalle.
Su conocimiento con Visca y D’Arienzo, hizo que estos se fijaran en él para proponerle sumarse a la típica que ambos maestros estaban conformando. Luego, D’Arienzo habria de quedar como director para grabar discos en la casa “Electra” y Carlos Dante revistió de estribillista de la agrupación, a la vez que también grabó en condición de solista acompañado por la típica y también por un conjunto de guitarras. En 1928, registró con la orquesta “Esta noche me emborracho”, “Callejas solo”, “Siga la farra” y “Quejas del suburbio”, mientras que con guitarras grabó entre otros tangos: “Que vachaché”, “Adiós muchachos”, “Chirusa”, “El camino de Buenos Aires”, “Critica sexta”, “Alondra” y otros títulos más.
Hacia 1929, fue llamado por Pedro Maffia para cantar en su orquesta en el “Cine Electric”. Allí lo escuchó a los pocos días el maestro Francisco Canaro y al quedar impactado con su timbre de voz, le ofreció un contrato colosal para viajar a Europa en una embajada tanguera que delegaría en su hermano Rafael Canaro (que ya se encontraba junto a Mario y Juan Canaro en el viejo continente), para recorrer varios países extranjeros al son de nuestra música.
3. EN EUROPA CON LOS HERMANOS CANARO
Carlos Dante viajó en el “Cap Polonio” a Europa con su esposa, la señora Celia Alonso, ya que se casó pocos días antes de embarcarse al extranjero. Llegó a Francia en mayo de 1929 para trabajar junto a los hermanos Rafael, Juan y Mario Canaro en el escenario del teatro “Empire” de París. En principio, el contrato con los Canaro delataba seis meses de actuación, pero los compromisos se extendieron por cuatro años, debido al éxito que el tango había alcanzado en todo el mundo. El apellido “Canaro”, aportaba la publicidad y la fama necesaria para llamar la atención de los públicos europeos, pero lo que realmente merece destacarse es que no pasó inadvertida la presencia del cantor.
De hecho, Carlos Dante fue elogiado profusamente por la prensa europea, y contratado para grabar discos junto a Rafael Canaro en memorables placas cantables. No solamente triunfaba la instrumentación de las versiones, sino que los europeos, gustaban de la voz de Dante, como de la de Carlos Gardel. No es menor el dato de que fuera Dante quien reemplazó a Gardel en París, cuando el zorzal dejó el “Empire”, para pasar a España y luego volver a la Argentina.
Poco después del éxito en París, Rafael Canaro y Dante fueron contratados para trabajar en Alemania. Y en Berlín grabaron algunas placas para el sello Homockord (los hermanos Canaro ya habían grabado años atrás en ese sello germano). Después de los triunfos en Alemania, regresaron a Francia para trabajar en París y en el “Embassy” de los Campos Elíseos, en 1930.
En 1931, pasaron a la costa azul francesa, y trabajaron en Niza, donde compartieron días con Carlos Gardel. Dante frecuentó allí al gran cantor, quien le deparaba cierta amistad cordial. Luego viajaron a España para prolongar sus éxitos en Madrid y grabar numerosas placas para la casa de discos “Regal”. En varias ocasiones, Dante cantaba a dúo con Rafael Canaro como en los tangos: “Ya no cantas chingolo”, “Zaraza”, “Margaritas” o “Mama yo quiero un novio”, como también grababa como solista acompañado por la guitarra de Rafael. De esa manera, el vals “La pulpera de Santa Lucía” fue un éxito en la voz de Dante, acompañado por la guitarra del hermano de Canaro. Ese disco recorrió medio mundo, editado por numerosas casas fonográficas del orbe.
No tenemos noticias de todos los movimientos de Rafael Canaro con Carlos Dante en esos días europeos. Es factible que hayan también llevado su espectáculo un par de semanas a Italia durante 1930, como también a Dinamarca (en el tiempo que estuvieron en Berlín), pero no hemos confirmado ese dato. Como los hermanos Canaro estuvieron años radicados en Europa, es imposible seguir con detalle sus movimientos. Por otra parte, las distancias no tan amplias, permitían que viajaran de un dia para el otro de un país a su vecino y volvieran después de algunas semanas a París, donde solían tener el centro de operaciones, para deslizarse otra vez a la costa mediterránea, España, Italia o Alemania, de donde eran asiduamente convocados. La misma contingencia de los viajes, hace imposible confirmar una discografía completa, por cuanto no es posible descartar que existan más grabaciones de los artistas en otros países que posiblemente hayan visitado.
En 1932, Dante regresó al país. Las propuestas de Europa y Africa del Norte, eran amplias, pero había estado ya cuatro años seguidos afuera y decidió volver.
4. REGRESO A BUENOS AIRES
Carlos Dante regresó a Buenos Aires en 1932 y trabajó un tiempo como vocalista de Francisco Canaro, con quien registró algunas placas para “Nacional Odeón”. “Recuerdos del pasado”; “Quien tuviera veinte abriles” y las rancheras “Serenata criolla” y “Como palo e´ gallinero” (estas a dúo con el eximio bandoneonista Angel Ramos), son los temas que se recuerdan.
En 1933, volvió a trabajar con Miguel Caló en actuaciones para radio, cafés y cabaret del centro, hasta llegar al disco “Odeón” en el año 1934. Las versiones de Dante con Caló, son sencillamente magistrales. “No vale la pena”, “Mentiras piadosas”, el vals “Tu eres para mí” y el pasodoble “Coplas de esperanza” son los primeros cuatro registros.
Entre 1935 y 1936, la dupla Caló-Dante cosechó numerosos laureles y grabaron otras tandas memorables de discos “Odeón” contando entre otros éxitos con los tangos “Los años pasan”, “Serpentina de esperanzas”, “Si volviera Jesús”, “Voluntad” y “Caballo de calesita”, entre otros, como también valses, pasodobles y rancheras.
Al desvincularse de Miguel Caló, Carlos Dante pensó en retirarse y dedicarse a su familia. Tenia pensado tener hijos con su señora (de hecho en 1937, nació su primera hija Nélida Rosa), pero Agustín Irusta lo convenció para que hiciera dupla con Pedro Noda, quien se había desvinculado de Agustín Magaldi. De tal manera, el dúo DANTE-NODA, quedó constituido y la carrera del cantor se potenció muchísimo más, como veremos en la próxima entrada.