REPORTAJE A PABLO TABOADA
Por RICARDO FUENTES
El director de www.investigaciontango.com, no sin vacilaciones, aceptó el reportaje de sus amigos para que los lectores conozcan sus opiniones en el mundo intimo del tango. Polémico y ácido pero con un conocimiento pleno del tema, nos habla de todo: el tango, Gardel, Borges, la cultura popular, el coleccionismo y los coleccionistas.
¿Qué es el tango para usted?
-No es fácil la respuesta, porque primeramente deberíamos tratar de definir lo que es o ha sido el tango. Como criterio definitorio diría que el tango ha sido el fenómeno artístico necesariamente musical que dio la cultura rioplatense desde 1880 en adelante. En lo personal, creo que el tango es la manifestación artística más importante de nuestra historia.
¿Por qué habla del tango como lo que ha sido?
Es una postura filosófica. Algo de eso hablo en “Yrigoyen y el tango”, por lo que remito a la lectura de esa obra. Es casi imposible explicarlo en pocas líneas.
¿El tango es la filosofía argentina?
-Esa pregunta es más difícil de responder aún. Pero creo que en cierto sentido, como expresión de una cosmovisión peculiar y como un juego literario donde rondan temas de asuntos metafísicos, creo que si. El tanguero es un sujeto pensante que filosofa cuanto menos sobre la vida, la muerte, el amor, el odio, el pasado, el desencuentro y el tiempo en cuanto tal. Posiblemente la manera de abordar estos asuntos no sea académica, pero sí se aproxima a la posibilidad de delinear un pensamiento desde las entrañas de una estética interesante.
¿El tango tiene una estética?
-No tenga dudas. El tango en general y los tangos en particular. En ese sentido, el tango pasa a ser el objeto de la filosofía en cuanto estética, cosa que no es lo mismo. Pero me animaría a decir que la estética tanguera es la base ontológica del tango.
¿Cómo se llevan los intelectuales con el tango?
-La palabra intelectual es un ente problemático y mucho más cuando se la liga a un fenómeno de la mal cultura popular. Prefiero hablar de gente que ha pensado o vivenciado con pasión la cultura argentina. Y creo que si bien desde el abordaje académico, el tango no ha sido demasiado estudiado, no es menos cierto que grandes escritores del país y hasta del extranjero como Pirandello u Ortega y Gasset, lo han tenido en cuenta seriamente como una expresión cultural admirable y sobre todo infinita.
¿El tango es una posibilidad infinita?
-Creo que eso lo decía Macedonio Fernández o Marechal, o por lo menos dicen que lo decía, aunque el lema lo he escuchado hasta de periodistas brasileños.
¿Cree que el tango y lo popular van por un lado y la cultura profunda por otro?
-Pareceré pesado con lo mismo, pero depende de cómo definamos las palabras que utilizamos. Si cultura es toda manifestación humana susceptible de ser transmitida de generación en generación, el tango es cultura. La clasificación entre popular y profunda no necesariamente debe ser validada. Lo popular como masividad, no implica ni excluye el grado de profundidad de lo creado. Puede haber cosas masivas superficiales o profundas, o creaciones poco populares de mayor o menor calidad.
¿Pero los hombres del tango no fueron en su momento, discriminados por las altas letras?
-El tema que propone examinar es interesante. Es posible que los autores de tango, inclusive los mas renombrados, se hayan sentido de alguna manera menos que los literatos de fama. Pero lo que ellos percibían de sí mismos, o como se los tratara en ciertos círculos literarios, en nada los desmerece. Hoy en día, en perspectiva, creo que es dable sostener que no hay diferencias sustanciales entre los escritores profesionales de entonces y los poetas del tango. Es mas, creo que en muchos casos, los hombres del tango eran inclusive mejores poetas o prosistas que muchas plumas famosas.
¿Pero Borges, Gálvez o Lugones, tenían una idea negativa del tango…-?
Borges, no. Es un horror que circula de boca en boca. Salvo Gómez Bas, no debe existir nada mas parecido al tango que Borges. El tema de la política y lo popular, su relación con el peronismo y otras cosas difíciles de la época, lo hicieron quedar como el anti-tango, precisamente por partir de la mala premisa de que la cultura es una cosa y lo popular otra. Borges ha sido posible merced a la misma época en que se hizo posible el tango. Era la misma atmósfera cultural, la que respiraba Borges que la que respiraban Manzi o Jauretche. Es mas, antes del peronismo, eran los tres muy amigos. También Borges charlaba en los cafés de la Avenida de Mayo con Julián Centeya, con García Jiménez, con Nicolás Olivari. Hasta defendió a Vacarezza y a Pascual Contursi en una disputa con Américo Castro. Escribió letras para milongas que musicalizó Piana, otras de sus obras las cantó Rivero, como decir que no forma parte del tango!!!!
¿Pero el tema Gardel?
-Hay elementos para pensar que le gustaba provocar con ese tema, pero puedo confirmar que estaba al tanto del mundo gardeliano. A su hermana le gustaba Gardel y sus sobrinos coleccionaban discos acústicos. Borges habló de ellos en una nota que tengo en mi archivo. Hasta de eso sabia. En el cuento “El otro”, hace mención al estilo “La tapera” de Elías Regules. ¿Sabe quién cantaba ese estilo?: Arturo Navas, uno de los pioneros del canto criollo e intimo amigo de Gardel. Borges estaba empapado de cultura argentina, como de cultura universal. Lo admiro profundamente.
¿Buenos Aires entonces, es el tango?
-Para no dejar colgada la pregunta anterior, quiero retomar el tema de Gálvez y Lugones. Es cierto que escribieron u opinaron contra el tango, pero no pudieron evitar que el fenómeno les llamara la atención o les resultara indiferente, sino no hubiesen escrito sobre eso. Tengo un artículo de Lugones de 1918, contra Gardel-Razzano. Les da con un caño, pero ¿qué había en Lugones para dedicarle toda una página dominical al tema de los dúos criollos? Y aquí es donde engarzo la pregunta: la Buenos Aires 1880-1930 fue la que dio escenario al tango, pero también el tango, retroalimentó de imágenes, letras y sonidos a toda esa generación. Por eso, nada escapaba a la órbita del tango como fenómeno sociocultural en esa época.
¿Cuándo cambió eso?
-Empezó a cambiar lentamente en los años cuarenta, pero se mantuvo firme y masivo, con transformaciones intensas pero sin ruptura, hasta la década del sesenta. La matriz espiritual del tango y de la vieja Buenos Aires que lo hizo posible, se rompió en los sesenta. En el terreno de la música, las vanguardias rompen el molde. Si bien antes había diferencias entre las etapas -sociológica y musicalmente hablando-, había puentes e hilos conductores. Piazzolla -como ejemplo de su generación- es el que rompe adrede con la tradición. Fue así en todos los ordenes de la vida y el tango no fue la excepción.
Entonces, ¿Piazzolla no es tango?
-El Piazzola que busca romper con el pasado, ni por asomo. El Piazzolla de Troilo y Fiorentino, si que lo era. Pero cambió de cosmovisión, cambió de filosofía.
¿Le gusta Piazzolla?
-No.
¿Y Salgán?
-Si. Salgán está dentro de los esquemas del tango tradicional. Nunca dejó de hacer tangos. Puede que me gusten más otras orquestas, pero Salgán está dentro del paisaje del tango tradicional.
¿Qué orquesta prefiere escuchar?
-Bueno, a uno le gusta todo el tango, aunque hay preferencias. Es difícil elegir una, usted entenderá. Como investigador y coleccionista mi obligación es recopilar el material de todas las orquestas, sin excepción. Ahora, los gustos son independientes de las colecciones.
No nos ha dicho, no se juega…
-La lista es larga. Todas tienen sus méritos, lo digo con sinceridad. Si me apura, dividiría el asunto en dos etapas: de las viejas orquestas, Canaro. Del cuarenta, Pichuco.
¿Cantores, sacando Gardel, claro está?
-Como intérprete Corsini. Es el que más me emociona. Y Magadi ahí nomás. Como cantor sublime: Charlo. Como voces imponentes Oscar Alonso, Rivero y Mauré. Como figura artística Hugo Del Carril. En fin, cuantas voces geniales: que decir de Agustín Irusta, de Alberto Gómez, de Néstor Feria como cantor criollo. Y cantantes de orquesta como olvidar a Floreal Ruiz, a Marino, a Dante y Martel, a Ángel Vargas, Castillo, y tantos colosos. Los cantores son los que más me atrapan. Los admiro a todos.
¿Goyeneche?
-Mi relación con el Polaco ha sido increíble. Cuando era chico veía a Goyeneche por la televisión y claro, al escuchar los discos de Gardel o de Julio Sosa, me parecía inferior. Pero hace algunos años, escuchando sin prejuicios -cosa que cuesta mucho pero que debe ser obligación en el investigador de buena fe- sus grabaciones con Pichuco, me emocioné hasta las lágrimas. Me llegó hasta el hueso. A partir de allí, empecé a redescubrir su obra, que dividiría en dos etapas: la era del Goyeneche gardeliano que es impactante, un cantorazo. Y la época del Goyeneche contemporáneo, que si bien técnicamente no era lo mismo que antes, transmite emociones fuertes. Tanto he aprendido a quererlo que hasta he soñado con que me cantaba en un teatro para mi solo.
Nombró recién a Julio Sosa, ¿qué opinión le merece? ¿Es cierto que los coleccionistas lo dejan de lado?
-Para mi Sosa es un cantorazo de los mejores que dio el género, por lejos. Para mi fue el último grande de verdad, con la excepción de Rubén Juárez, que es un fenómeno inexplicable. Que un tipo en los años setenta, cantara los tangos que Juárez cantaba y de la manera estupenda en que lo hacia, era algo fuera de serie y fuera de época. Como algo que se corrió en la línea de tiempo. Pero volviendo a Sosa, le diría que los coleccionistas hacen mal en descartarlo. Era un voz magnífica, temple de tango, garra, sentimiento tanguero, fuerza interpretativa, muy buen teatralizador de las obras, un grande sin dudas.
¿Y ahora?
-No conozco mucho. Pero creo que Alfredo Sáez es el mejor.
¿Cancionistas?
-Me gustan todas las grandes: Azucena por su personalidad, Libertad Lamarque por su perfección; Mercedes Simone por su voz; Nelly Omar por su interpretación; Amanda Ledesma por su figura artística, Ada Falcón, en fin, todas.
¿Tita Merello?
-La mejor actriz argentina y una cancionista que si bien no estaba en la línea de las anteriores, no deja de ser representativa de un estilo particularísmo e interesante como Sofia Bozán o Rosita Quiroga. Tita como artista es lo más grande que dio la Argentina. Hasta tuve la suerte de que hablara de mi!!!
¿Cómo es eso?
-Cuando tenía quince años, participé en una audición en la trasnoche de Radio Mitre en un homenaje a Gardel, en el programa de Rubén Saponara. Tita Merello escuchó y al otro día, habló de mi en otra audición de radio. No pude ubicarla. Me hubiese gustado llamarla por teléfono y saludarla.
Hablando de eso, cuéntenos su vida como coleccionista, ¿empezó en el tango de muy chico?
-Si. Vengo de una familia tradicional, que siempre gustó del tango y de la cultura rioplatense. Mi bisabuela, Ana Crotti, vivió en Barracas con Eduardo Arolas y le enseñó el acordeón. Mi abuelo, fue guitarrista y payador en la compañía de Tomás Davantés. Actuaba en Radio Bernotti (El Pueblo) cuando Hugo del Carril era Fontana y era el locutor Pierrot. Uno de sus hermanos, colaboraba como letrista de los Ábrodos, aunque firmaba con seudónimo. Mis abuelos paternos y maternos admiraban a Gardel, a Corsini y a Magaldi y los vieron cantar en público en más de una ocasión. Otro pariente, Duarte, cantaba en los años treinta en las radios. Mis padres y mi padrino, artistas teatrales en los años setenta y ochenta, estaban ligados a los sainetes. No podía salir de otra forma.
¿Pero cuando empezó a coleccionar?
-Mis primeros recuerdos datan de mis tres o cuatro años y son -no por casualidad-, recuerdos tangueros: conocí a Gardel a esa edad, con el tango “Palermo”, de Delfino, Villalba y Braga. A los cinco años, cuando empecé la escuela, Gardel ya me resultaba familiar. Experimenté con los discos de Gardel de mi familia y a partir de entonces, siempre le pedía a mis padres, que me compraran discos de Gardel. A los diez u once años ya conocía casi todo el repertorio de Gardel y a los doce me metí con Corsini y Magaldi.
¿Y cuando se dio cuenta de que era coleccionista?
-A los doce años ya tenia armada la colección de Gardel de las cajas de Emi-Odeón y tenía cintas de Corsini y Magaldi. Pero cuando tendría trece o catorce años, descubrí por un vecino los discos de pasta. Antes tenia LP y cassettes. Le compré al vecino los discos de Gardel y arranqué con la pasta.
¿Cuándo empezó con el resto de los intérpretes?
-Cuando empecé con los 78 empecé a comprar todo lo que era tango. Me apasionaba. Tenia LP de Troilo, D’Arienzo, D’Agostino-Vargas, De Angelis, Biagi, pero me entusiasmaron Canaro, De Caro y Firpo. Y ya no hubo vuelta atrás.
¿Le gustan otros géneros?
-Si. El folklore argentino mucho. Admiro a Atahualpa Yupanqui, a José Larralde, a Eduardo Falú, a Jaime Dávalos, a Los Chalchaleros, a Zitarrosa del Uruguay. La lírica también me fascina: Caruso, Gigli y Schipa. Me apasionan las viejas sopranos y Maria Callas me conmueve. Algo de jazz, pero de antes del 40. Me fascina Bing Crosby. También Richard Tauber, Carlo Buti, Tino Rossi. Y la vieja escuela de canto brasileña: Francisco Alves, Silvio Caldas, Orlando Silva y Nelson Goncalves.
¿Y cuando comenzó a investigar??
-A los catorce años me hice de una biblioteca sobre cultura argentina, Buenos Aires y tango. A los quince años empecé a difundir tangos por las radios. Estuve en muchas emisoras hasta que di con Raúl Lafuente y Juan Ayala. Éste sobre todo, fue mi gran guía en el tango. El maestro mayor- Ayala era un gran sabedor de todo lo que tenia que ver con el tango-. Él me enseñó miles de cosas y a él le debo todo. Gracias a Ayala conocí a todos los otros coleccionistas, como Lucci y Bruno Cespi, con los cuales trabajé en radio Municipal y Nacional varios años. También a Antonio D’Agostino, otro maestro.
¿Cómo son los coleccionistas?
-Como decía Cespi, muy normales no somos (risas). El fervor por el tango se convierte en una obsesión por el museo. Y como no somos millonarios, empiezan los problemas (más risas).
¿Hay coleccionistas de su generación?
-Si. Yo era el más joven. Ahora hay un par de muchachos que recién empiezan y saben mucho. De los que son un poco más grandes que yo, soy muy amigo de Fabio Cernuda y de Ricardo Stockdale. Discutimos a menudo, tenemos nuestro carácter y puntos de vista, pero “nos aguantamos” (risas). Ellos son dos colosos. Saben cosas increíbles, de discos y de fotos. Son dos ejemplos. También es un gran amigo Roberto Daniel González, notable coleccionista, aunque él es más grande que nosotros.
¿Es lo mismo ser tanguero que coleccionista? ¿Todos los coleccionistas saben de tango?
-Buena pregunta. Yo me declaro tanguero. Hay una manera de vivir tanguera. Hay una manera de sentir el tango. El tango es una pasión para mi. Pero se puede ser tanguero sin ser maniático ni coleccionista. El coleccionista está loco, aunque aporta a la reconstrucción del pasado. Es una especie de anticuario musical. Después están los investigadores o los que dicen serlo. Sin colección no es posible investigar nada seriamente. Pero también están los que coleccionan de todo y no investigan nada. En mi caso trato de disfrutar la música, coleccionar e investigar.
¿Lleva tiempo?
-Casi todo el tiempo. Y como uno tiene otras actividades, siempre siente como que su labor nunca alcanza. Siempre hay cosas por aprender y estudiar. La historia del tango es inagotable, por suerte.
¿Cómo describiría su colección?
-He perdido la cuenta de los discos que tengo, pero deben andar por los 7000 -78 rpm-. Luego entre LP, simples, dobles, cintas y CD, debo tener cerca de 40.000 grabaciones. Después tengo un muy buen archivo fotográfico, hemeroteca amplia con revistas antiguas, partituras, y documentación personal de los artistas. Algunos objetos personales de tangueros famosos también y una biblioteca contundente. Debo tener cerca de 3000 libros, de los cuales, más de 500 son de tango o cultura rioplatense.
¿Se puede dominar toda esa información?
-No. Es imposible. La colección supera la capacidad de abrazarla, pero no el intento por lograr comprenderla. Por eso, en los propios archivos, uno encuentra permanentemente cosas nuevas. Hasta que no toma conciencia de que lo tiene, no lo tiene por mas que este tirado en alguna caja del altillo.
¿Y con todo eso, sigue buscando material?
Mire, no debería buscar mas. Debería contentarme con descubrir que tengo ya. Pero siempre parece que es poco. Siempre uno quiere seguir encontrando más sorpresas.
Cerremos la nota con Gardel. ¿Qué es para usted Carlos Gardel?
El artista más genial de la historia. Digo siempre que los dos hombres más grandes de la humanidad fueron Edison y Gardel. El primero porque creó el sonido grabado. Gardel, por grabar los discos (risas).
Con esa respuesta está todo dicho. Hablemos entonces de colecciones de Gardel. ¿Ya todo se sabe? ¿Es posible que aparezca algo nuevo?
-El lema que sostiene que de Gardel ya está todo dicho es equivocado. De Gardel se habló mucho sin sentido, se mintió mucho y se aportó poco y nada. Creo que es muy poco lo que de Gardel se ha hablado desde la solidez investigativa. Se habla más de lo que se investiga.
¿Tiene ejemplos?
-Mire: todavía no tenemos una buena copia de la película “El día que me quieras”. Hay otras dos cintas semi-perdidas. Digo semi, porque de una tenemos el audio y de la otra, algunos pocos segundos, pero no tenemos el cuerpo entero ni de “La casa es seria” ni de “Cazadores de estrellas”.
¿A nivel discos?
-Otro problema: nunca se puede tener certeza de cuantas tomas grabó, cuantos títulos distintos, cuantas ediciones en el extranjero, en fin, siempre aparecen tomas nuevas de obras conocidas. Es cierto que se puede trazar un panorama general de las obras editadas o de las tomas registradas de las que se tengan certeza. En esto Cernuda es un maestro. Pero el misterio de los discos no termina en lo que conocemos, sino que empieza justamente en ese mundo que desconocemos: el de las versiones inéditas.
¿Y podrán aparecer títulos inéditos?
-Si. Yo creo que debe haber más de lo que muchos creen. Creo que la cifra no es baja. Y sospecho de algunos títulos e inclusive hasta de algunos detentadores de ciertas joyas escondidas. Pero claro, el tiempo dirá. En el coleccionismo, todo va apareciendo paulatinamente. Cernuda sostiene con justificación suficiente, que el 5% del archivo de cada grabadora es material inédito. Pero eso es el 5% de lo que se puede saber que es inédito, porque hay registro de esas versiones. En cambio, hay otro campo: el de las grabaciones sin huella alguna. Estas solo se confirman cuando aparecen las rarezas. Por lo pronto, sólo se tienen indicios de su existencia. Si le asignamos a esa cifra un numero similar al 5%, -por analogía-, estamos ante un 10 % de versiones extrañas al conocimiento público. Y eso, aplicado al tango o a Gardel, da un número elevado de registros desconocidos.
¿Nos podría dar un ejemplo concreto?
-Si. Yo hace años tengo una libreta de indicios de supuestas versiones inéditas de Gardel. Es cierto que hay fantasía, mentira y equivocación en algunas declaraciones. Pero también hay indicios fuertes de cosas que pudieron haber sido grabadas. Por ejemplo, entre mis papeles figuraba el estilo “Jamás” de José Ricardo, como grabado por Gardel en 1920. Gracias a Ricardo Stockdale, conocimos documentación interna de la vieja Odeón, donde constaba el registro de ese estilo. Y también de otras joyas. Como ese caso, hay varios y no son pocos.
¿Cómo datos biográficos, aparecen cosas nuevas para saber?
-Si, con la ayuda de Ricardo Stockdale, logramos reunir algunos telegramas, postales y cartas, donde podemos ubicar con cierta certeza los movimientos de Gardel en la Europa de 1931-1932. Hoy tenemos más información de sus viajes a Londres y de su paso por Alemania. En la parte III de nuestro artículo sobre la reseña artística gardeliana, como en las notas sobre Le Pera, damos cuenta de algunos de esos datos. Debe ampliarse la información sobre Gardel en Italia, y debe hacerse una historia artística de Gardel en el Uruguay. Creo que Rodolfo Omar Zatti estaba en ese tema, pero lamentablemente falleció hace poco.
Hablando de Uruguay…
-Si, ya sé. Mi postura es clara: Gardel nació en Francia y es hijo de Berta. Punto. Ya me molesta que algunos sigan jodiendo con ese tema. La posición uruguayista ha dejado de ser ridícula para convertirse ya en insoportable. No puedo creer como se sostiene con seriedad que se investiga sobre Gardel en el período 1881-1900. Es como que yo le diga que estoy investigando la vida de Sandrini en el período de las guerras napoleónicas. La falta de archivo o conocimiento fotográfico tiene consecuencias nefastas: pretender probar un natalicio por el plano de una escuela o una claraboya, es como pensar que con una cacerola puedo probar el origen del sistema solar. Las falacias lógicas me sorprenden ingratamente. Ahora están con el tema de la falsa amistad de Capot con los Gardés y de los viajes en barco que no cierran. Si aplico a Capot la cantidad de viajes transatlánticos que le adjudican a Berta, no veo porque los Capot no hayan podido viajar más de una vez. Por otra parte, los escayolistas desconocen pruebas fotográficas de los Capot y Berta desde tiempos inmemoriales. Y otras pruebas escolares de Gardel. Pero lo peor de todo, es que el análisis uruguayista se hace extremo porque convierte de un enunciado al pasar, un drama a rebatir. Se le endilga a Capot una mentira en complicidad con Defino. En realidad, eso es un disparate. Ni Berta ni Defino con todos sus errores, precisaban de una nota de Capot a la prensa para manejar el tema sucesorio. Note esta falacia: Capot mintió respecto a cuando conoció a los Gardés (en el barco de 1893), entonces: Gardel es uruguayo. ¿¿¿¿Qué tiene que ver la tos con radio El Mundo??? (Se enoja) ¿De dónde desprenden semejante conclusión?? ¿Cómo pueden pasar de la premisa Capot mintió, a aseverar el hecho de Carlos Escayola??. Si Capot mintió, lo único que se puede sacar en limpio, es solamente que Capot mintió. Pero, ¿mintió en realidad?. ¿No pudo haber habido error del periodista?. ¿No hay otros testimonios de Capot a la prensa para compararlos entre si?. En fin, se toma un descuido narrativo para hacer una novela combativa.
¿Usted es francesista al fin?
-No!!!. No me confunda. El francesismo no está a la altura de las circunstancias. Decir que Gardel nació en Francia y repudiar al uruguayismo, no me obliga a formar parte de una corporación de gente que ha rebajado el nivel de discusión historiográfica o que insulta por correos anónimos o con nombres falsos. Yo me caracterizo por mi mal humor, pero todo lo que sale a la luz está con mi firma. Uno de mis blog fue bloqueado. Yo jamás censuraría a otra persona. Por otra parte, lo peor de todo es que mientras discutimos estas cosas, no avanzamos con la reconstrucción del Gardel artista y eso es una pena.
¿Algo más para agregar?
-Si. Quiero saludar a todos los lectores de la página. Y pedirles disculpas por la demora en la subida de las notas. Pero es que todo lo que hago es a puro brazo partido, sin demasiado tiempo ni recursos, pero con paciencia, habrá mucho más para darles. Gracias a todos, por apoyar nuestro tango.