MERCEDES SIMONE
LA DAMA DEL TANGO
Primera Parte
Por Pablo Darío Taboada
SIMONE, MERCEDES
Cancionista, compositora, letrista, actriz.
(Villa Elisa, 21 de abril de 1904- Buenos Aires, 2 de octubre de 1990)
1. Infancia y juventud de Mercedes Simone
Mercedes Simone nació en la localidad platense de Villa Elisa y de chica se trasladó con su familia al centro de La Plata, donde trabajaba su padre. Asistió en la capital bonaerense a una escuela religiosa, donde comenzó a cantar canciones sacras con el coro escolar. También de niña, cantó para el arzobispo de La Plata, Monseñor Alberti.
Al terminar la primaria estudió costura y trabajó como tal en el taller de la tienda “La Francesita”, que estaba ubicada en la calle 14 entre 62 y 63 de La Plata. Pasó después a trabajar con sus 14 años, a la imprenta “Benavídez” también de La Plata, en calidad de encuadernadora. En esa casa de imprenta conoció a Pablo Rodríguez, guitarrero y cantor aficionado que fuera pronto su novio y después su marido. Mercedes casó con su compañero del cual nació su hija Dorita Matilde.
2. Primeros pasos en el arte
Rodríguez trabajaba en la imprenta por la mañana y por las noches, hacía presentaciones artísticas a dúo con su amigo Longo o bien, con Falcón o Rocha, en distintos cafetines de La Plata, Villa Elisa y alrededores, a efectos de poder ganar un dinero extra. Aparentemente, el dúo Rodríguez-Longo (el más reconocido), -aunque también cantó con los otros dos-, era bastante bueno. Cantaban valses y canciones criollas y tenían cierto suceso en la zona platense. Más tarde, hicieron un recorrido por algunas provincias, regresando a La Plata con una buena diferencia económica.
Con el dinero juntado, Rodríguez que había dejado la imprenta, instaló una peluquería en Villa Elisa, pero no dejó de cantar por las noches. En alguna oportunidad, Mercedes, -quien cantaba de manera aficionada-, reemplazó a Longo por encontrarse éste enfermo y su actuación gustó mucho. Estamos hablando del año 1925, aproximadamente. En ese sentido, Mercedes comenzó a trabajar más seguidamente con su marido hasta que dejaron la imprenta y la peluquería, para dedicarse de lleno al canto criollo.
A principios de 1926, fueron contratados por la confitería “Los Dos Chinos” de la localidad de Bahía Blanca. El éxito de la cancionista fue tan grande, que inmediatamente fue llamada por el “Teatro Odeón” de la precitada ciudad bahiense. La gira del dueto Rodriguez-Simone (que completaba el guitarrista Rocha, ya que Longo abandonó las giras por problemas de salud), extendió su éxito hacia Tres Arroyos, Tandil, Olavarría y Azul. Nuevamente volvió a Bahía Blanca, donde su voz, era requerida otra vez.
De regreso a La Plata, Mercedes Simone cantó en su ciudad y fue escuchada por el gran compositor, guitarrista y cantor Alfredo Pelaia, quien se encontraba de gira por allí. Este le recomendó a Rodríguez que su señora, cantara tangos como solista y viajara a Buenos Aires, ya que Pelaia notaba condiciones meritorias para el triunfo de la cantante en los escenarios porteños.
3. Su consagración en Buenos Aires. Sus primeros éxitos en el tango
Rodríguez vendió la peluquería y se convirtió en guitarrista y representante de su esposa. Viajaron a Buenos Aires, con el visto bueno de Pelaia y consiguieron debutar nada menos que en el palco del Café “El Nacional” de la calle Corrientes a mediados de 1926. Mercedes cantaba tangos, valses y canciones criollas, acompañada por su marido y Reynaldo Baudino en guitarras. Compartía cartel con la orquesta de Ernesto De La Cruz.
El critico, autor y director teatral Julio Escobar (intimo amigo de Alfredo Le Pera en las lides teatrales de entonces), escuchó cantar a Mercedes y le ofreció un contrato para sumar su concurso cantoral a la compañía que estaba organizando para una temporada en el teatro “Ópera”. Las actuaciones de Simone fueron tan aplaudidas que en poco tiempo, fue llamada para cantar en la compañía de Pepe Arias y Pepita Muñoz en el teatro “Nacional”, donde Mereces cantaba el tango de Modesto Papávero: “Leguisamo solo”.
Hacia 1927, cantó también en el cine “Hindú” y cuando fue escuchada por Rosita Quiroga, la gran cancionista arrabalera, la recomendó al señor Casas de la casa Víctor, para que la sumara al sello grabador. Fue así como el 15 de diciembre de 1927, Mercedes grabó su primer disco en las etiquetas del perrito Nipper, con las guitarras de Pablo Rodríguez y Baudino, haciendo los tangos “El morito” del contrabajista Oscar Roma y el poeta gardeliano Eugenio Cárdenas; y “Estampa rea”, del músico y actor Eduardo De La Bar y el gran Alfredo Navarrine. En ese año, siguieron de lleno las grabaciones en la Víctor y Mercedes Simone, ya consagrada en el mundo del tango, fue desfilando su arte por los tablados del “Empire”, el “Porteño” y el “Florida” entre otros lugares de importancia.
En 1928 pasó como cancionista a la compañía de Gloria Guzmán en el “Esmeralda” (luego “Maipo”), y debutó para los micrófonos de radio Splendid. Ligada a Gloria Guzmán, fueron contratadas para actuar luego en Santiago de Chile, luciéndose Mercedes con sus tangos en el país trasandino, quien a partir de entonces reclamara sus discos y sus presentaciones públicas, en la medida que fue llamada permanentemente para actuar en dicha plaza. En 1929, Mercedes Simone fue contratada para cantar en el Uruguay, donde triunfó rotundamente en los escenarios de Montevideo. Desde 1930, y siempre en la Victor, también comenzó a grabar placas secundada por los músicos del sello. A los tangos, sumaba pasodobles, rancheras y fox-trots.
De esta época, podemos recordar entre sus primeros éxitos los tangos “Oiga agente”, “Pelechaste”, “Yo soy la milonguera”, “Chorra”, “Recostado en un farol” (sublime interpretación), “Dominio” de Elvino Vardaro (notable tango), “Pifiaste”, “Vieja calesita”, “Inocencia” (uno de sus mayores éxitos de esos días), como los valses: “Tu jardín”, “Remembranzas”, “Silenciosamente”, “Rie, payaso, rie”, o “Tu imagen que vuelve”; como los fox-trots: “Estambúl”, “La nieta de japonesita”, o “Zapateado entrerriano” y “Dejémonos de pavadas”, como piezas folklóricas. Entre los pasodobles que hizo famosos se encontraban: “La copla andaluza”, “Por to lo arto”, el cuplé “Carmen la chalequera” y la tarantela: “Se casa Marietta”. Entre las rancheras más conocidas estaba: “El gaucho Don Ramón” (…no sirve pa’ hacer el amor…, rezaba la letra). (Analizaremos la discografía como el repertorio inédito o no grabado, en el sector correspondiente).
De esta suerte, llegamos ya a la década del treinta, la cual seguiré desmenuzando en la segunda parte de este ensayo.